Medidas fitosanitarias en el sector de la manzana

Los pesticidas ayudan a asegurar la cosecha y a proteger la fruta de los patógenos, sin dañar las plantas. El uso correcto de los productos fitosanitarios, en pleno cumplimiento de las directrices, no provoca efectos negativos en las personas, los animales o el medio ambiente. En la fruticultura solo se utilizan productos fitosanitarios científicamente probados y aprobados por las autoridades competentes (EFSA). En la UE, el uso de plaguicidas autorizados solo está permitido si son realmente necesarios para el control de plagas.

Las condiciones climáticas de las regiones agrícolas europeas son muy diferentes. Por lo tanto, estarán sujetos a diferentes riesgos con respecto a la aparición de plagas y enfermedades específicas. Así que las necesidades de productos fitosanitarios y sus respuestas serán diferentes. A nivel normativo, Europa está dividida en tres zonas para el uso de productos fitosanitarios: norte, centro y sur. En función de las características agrícolas y ecológicas nacionales, cada Estado aprueba y autoriza los productos fitosanitarios, fijando los umbrales para su uso. Por esta razón, los plaguicidas permitidos en Italia no son necesariamente los permitidos en Alemania.

En el Tirol del Sur existen numerosas normativas que reducen al mínimo el uso de productos fitosanitarios, y que son aún más estrictas si afectan a zonas cercanas a espacios públicos y áreas residenciales. El lema de los fruticultores de la región de Val Venosta es "lo menos posible". Los productores solo utilizan los plaguicidas cuando se superan determinados umbrales de alerta y existe un riesgo real de daños graves en los huertos. La reducción del uso de plaguicidas redunda en el propio interés de los productores, ya que repercute directamente en el coste de producción, tanto en términos de tiempo como de dinero. El principal interés de los productores de manzanas de Val Venosta es ofrecer productos sanos con un impacto nulo en el medio ambiente.

En el valle de Val Venosta, el 82% de los fruticultores producen según las directrices AGRIOS de producción integrada y promueven la agricultura natural y sostenible. Cuando se trata de la protección de las plantas, es muy importante un equilibrio adecuado entre los insectos beneficiosos y las plagas. El uso de productos fitosanitarios es un último recurso y está sujeto a directrices estrictas. Alrededor del 70% de los productos utilizados en el cultivo integrado también están permitidos en la fruticultura ecológica: no dañan a los insectos beneficiosos ni a otros animales, son respetuosos con el medio ambiente y dejan pocos residuos. Alternar el uso de productos fitosanitarios ayuda a evitar el desarrollo de resistencias.

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En Val Venosta, el 18% de los fruticultores producen según las directrices de la producción ecológica y/o biodinámica. Los productores ecológicos siguen las directrices de las asociaciones Bioland o Demeter, que son mucho más estrictas que las normas de la UE. Solo se permiten sustancias naturales de eficacia reducida para la protección de las plantas. Por ello, los productores ecológicos conceden gran importancia a las plantas robustas y al suelo fértil, así como a la presencia de insectos beneficiosos.

En el cultivo profesional, cada medida fitosanitaria debe registrarse en el cuaderno de campo de la explotación, que es controlado por organismos de certificación independientes. El uso de productos fitosanitarios requiere una formación especial y un certificado de competencia, que los productores deben renovar periódicamente mediante cursos de actualización. La fruta del valle de Val Venosta es controlada regularmente por diversos organismos, autoridades y asociaciones.

Cada vez más productores de Val Venosta utilizan métodos alternativos. Eliminan las malas hierbas mecánicamente, renunciando voluntariamente al uso de herbicidas. Sin embargo, no es posible utilizar este tipo de técnica de control de las malas hierbas en los huertos situados en pendientes pronunciadas. Solo en estos casos se utiliza el uso controlado del glifosato. El glifosato se aplica cerca del suelo en la hilera, asegurando que nunca entre en contacto con la fruta, y solo cuando no hay viento.

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