¿Qué mejor manera de concluir una comida que con un sorbete delicado? Este delicioso sorbete de frutos rojos resalta la frescura de las delicias de Val Venosta: cerezas, fresas, frambuesas y grosellas. Pocos ingredientes, un breve tiempo de preparación y algunas horas de reposo: esto es todo lo que necesitas para crear un postre ligero y gustoso, ideal como tentempié o como una pausa refrescante a media tarde.
Para preparar el sorbete de frutos rojos, lava y seca las cerezas, fresas, frambuesas y grosellas. Forra una fuente (u otro recipiente adecuado para el congelador) con papel de horno y distribuye los frutos rojos. Coloca en el congelador durante al menos 2 horas (o incluso toda la noche, si prefieres). Después de 2 horas, exprime el zumo de limón y resérvalo. En una cacerola, coloca el agua y el azúcar, y lleva a ebullición, removiendo. Hierve a fuego alto durante 7 minutos. Mientras tanto, saca los frutos rojos del congelador y colócalos en la licuadora. Añade el jugo de limón y licúa hasta obtener una mezcla granulada. En este punto, vierte el jarabe de azúcar caliente y continúa licuando hasta obtener una mezcla homogénea.
Vierte el sorbete de frutos rojos en un recipiente y colócalo en el congelador durante otras 2 horas (o incluso toda la noche, si lo prefieres). Sirve haciendo bolitas con un sacabolas y decora con frutos rojos frescos.
El sorbete de frutos rojos también es excelente cuando se sirve durante un menú de varios platos. En ese caso, puedes licuarlo en el último momento (sin congelarlo nuevamente después de licuarlo) y servirlo directamente en vasos con una pajilla.
Receta de Julia Morat
Passione Cooking
A Julia, italiana que habla principalmente alemán (es de Trentino-Alto Adige), le encanta retomar las recetas familiares de su madre Reinhild y su abuela Imma, enriqueciéndolas con algunos elementos innovadores e internacionales. Julia admite que por mucho que se relaje en la cocina, si hay algo que no se le da bien es seguir las recetas. En la cocina le gusta ser atrevida, experimentar, combinar. ¿El ingrediente que nunca falta en sus creaciones? La sonrisa.
El Valle Martello es conocido más allá de nuestras fronteras por sus deliciosas bayas de montaña. ¿Por qué? Porque nuestros agricultores saben desde hace décadas exactamente qué necesitan las frutas para desarrollar su sabor único.