Me hubiera gustado convertirme en agricultor a tiempo completo, pero mi hermano, como hijo mayor, fue quien pudo hacerse cargo de la finca de mis padres. Sin embargo, con gusto le ayudo siempre que puedo. Al mismo tiempo, tengo una pequeña propiedad que cultivo con manzanas de la variedad Bonita. Hace algún tiempo, convertí toda la finca a ecológico, reemplazando los viejos árboles de Golden Delicious por Bonita. Los campos en pendiente son ideales para ambas variedades, y las tareas más importantes se pueden hacer al mismo tiempo para ambas.
Soy mecatrónico de formación y actualmente trabajo como director técnico en una empresa privada, así que trato de combinar estos dos mundos lo mejor posible. Como en noviembre puedo tomar vacaciones con relativa facilidad, también planté árboles de la variedad Envy™, que maduran justo en ese mes, por lo que puedo hacer la cosecha casi por completo por mi cuenta.
Soy una persona meticulosa y detallista. Mientras que muchos agricultores BIO prefieren dejar que las manzanas crezcan de manera más libre en sus huertos, en los míos todo debe estar perfectamente ordenado. No puedo evitarlo: recorro varias veces las filas de árboles, busco agujeros de ratón, reviso los postes, las filas de árboles y los cables para asegurarme de que todo esté bien sujeto a las ramas. Incluso las cajas de manzanas deben estar alineadas de manera perfecta durante la cosecha. Supongo que estas características tienen algo que ver con mi signo zodiacal, Acuario. Esto implica más trabajo, pero disfruto mucho de mi labor como agricultor orgánico a medio tiempo. Tan pronto como termino mi turno en la empresa a las 15:00, me dirijo directamente a los huertos de manzanas en el Valle Venosta.
Siempre hay algo que hacer, tanto para mi hermano como para mí. Juntos, también seguimos con la tradición de la producción de speck y salchichas que heredamos de nuestros padres. En la finca de mis padres criamos gallinas, caballos, vacas y cerdos. Esto me permite obtener muchos alimentos directamente de la fuente, en la finca de mis padres, y también compro frecuentemente en mercados de agricultores locales. Para mí, lo más importante no es que los alimentos sean orgánicos, sino que sean locales, que sé de dónde vienen y que provienen de la zona. ¿De qué me sirve, por ejemplo, una manzana ecológica si tiene que ser importada desde China? Este enfoque se refleja en muchos aspectos de mi vida, no solo cuando obtengo estiércol de vaca de otros agricultores para fertilizar mis campos o cuando recibo pan fresco de la finca de mi hermana. Aquí en el Valle Venosta, la calidad del producto se combina con una experiencia de sabor única, y mis manzanas ecológicas logran entusiasmar a muchos clientes que comparten esta misma filosofía.
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