Mi historia
En el Tufthof vivo con mis padres, mi esposa y nuestros tres hijos. El nombre de la finca proviene de los tobas fósiles de manantial, típicos depósitos calcáreos con cavidades, comunes en la zona del Sonnenberg de nuestro municipio. Después de que mi abuelo y mi padre se dedicaran a la ganadería, mi hermano y yo comenzamos con el cultivo de manzanas y hortalizas. Soy un gran admirador de la Golden Delicious de Val Venosta, que en cultivo ecológico no es precisamente la variedad más fácil para nosotros los agricultores. Por eso me llevó un tiempo atreverme a pasarme al ecológico. Hoy estoy muy contento: Golden Delicious, Gala, Kanzi, Pinova, Red Delicious, SweeTango y pronto también Cosmic Crisp han encontrado en nuestros huertos de Eyrs un emplazamiento que les va de maravilla.
El conocimiento necesario para el cultivo ecológico lo fui adquiriendo poco a poco y observando mucho. Entendí que se pueden tomar medidas equivocadas durante años si no se observa bien lo que hace la naturaleza. Hoy incluso me alegra ver plagas en el manzanal. ¿Por qué? Porque entonces el buffet está servido para los insectos beneficiosos, que pueden alimentarse en cuanto su población es lo suficientemente grande. Así, el pulgón lanígero me da menos miedo: podría frenar el crecimiento de los brotes, impedir la formación de yemas florales y, con su lana protectora, provocar manchas negras en la fruta. Pero gracias a las tijeretas (aquí en el Alto Val Venosta conocidas como “Kornzangen”) y con la ayuda de avispas parasitoides e icneumónidas, el pulgón lanígero se puede mantener a raya. Estos antagonistas son nuestros aliados más importantes en la protección natural de las plantas. A veces también ayudo mecánicamente, eliminando la lana con chorros suaves de agua: así el pulgón queda expuesto y las tijeretas pueden atacarlo. Esto, sin embargo, debe hacerse con cuidado para no eliminar también a los insectos beneficiosos.
Mucho antes de pasarme al ecológico, ya trabajábamos sin herbicidas, eliminando siempre las malas hierbas mecánicamente. Los beneficios para la vida del suelo y de los árboles siempre fueron muy evidentes. En el sector ecológico hay que acostumbrarse a cosechas más pequeñas y a controles muy estrictos, que protegen no solo al consumidor, sino también a todos los agricultores honestos.
En el intercambio constante de conocimientos con los colegas tratamos temas como el conteo de insectos beneficiosos y plagas, las previsiones meteorológicas y la coloración ideal de la fruta, pero sobre todo hablamos de fruta sana, producida de forma natural, con un aspecto atractivo y el sabor único de la montaña de Val Venosta.