Señor Lesina Debiasi, incluso con más de 80 años, sigue cuidando sus manzanos varias veces por semana. ¿Qué lo motiva a hacerlo?
Crecí en una granja con once hermanos, y el huerto de manzanos de 3.500 m² en Galsaun, una pequeña localidad de Castelbello, está en manos de mi familia desde hace generaciones. Hasta 1993 trabajé en una gasolinera, pero siempre me ha encantado trabajar entre los manzanos. En 2019 pasamos a la agricultura ecológica y más adelante plantamos la variedad Royal Gala. Incluso ahora, con 83 años, sigo cuidando casi por completo el huerto yo solo, salvo cuando necesito ayuda para cortar la hierba o cosechar. Cada dos o tres días estoy con mis árboles.
El cultivo ecológico requiere mucha atención: hay que observar casi a diario lo que necesitan los árboles. Ver cómo crecen y cómo se desarrollan las manzanas sigue siendo algo fascinante. Como mi plantación es pequeña, puedo prestar atención a cada árbol individualmente.
¿Cómo ha cambiado su forma de trabajar desde que es agricultor ecológico?
Ha cambiado toda mi forma de ver la naturaleza. Ahora presto atención a los pequeños detalles. Por ejemplo, siempre me aseguro de que el suelo del huerto esté limpio. Los lazos de plástico que usamos para sujetar las ramas ahora los recojo todos y los reutilizo. Antes ni siquiera me daba cuenta de ellos. También en mi día a día actúo con más conciencia ecológica: apenas uso el coche y produzco electricidad con paneles solares.
¿Qué hace del valle de Vinschgau un lugar ideal para el cultivo de manzanas?
La altitud del Vinschgau garantiza una excelente calidad. Aquí tenemos grandes diferencias de temperatura entre el día y la noche: por las mañanas, las manzanas están a veces cubiertas de escarcha, lo que les va muy bien. Además, las manzanas en el Vinschgau maduran más lentamente, y las frutas que maduran del todo son, en mi opinión, más sanas y sabrosas. Me importa que la gente reciba de mí manzanas saludables y de calidad.
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