Nuestro “Biowiesl” en el cono aluvial de Coldrano es nuestro gran orgullo. Allí cultivamos Gala y Golden Delicious. Para dar el paso a lo ecológico, mis hijos tuvieron que convencerme hasta estar absolutamente segura de que era lo correcto. Siempre me había atraído lo ecológico, pero quería estar segura de que también fuera económicamente viable. En un pequeño huerto privado puedo permitirme que la mitad de la cosecha se la lleven los pulgones, pero en un manzanal eso no puede ocurrir. Por eso, antes de la conversión me informé bien y tuve la suerte de encontrar a un agricultor ecológico capacitado que integró también nuestro huerto en su programa de protección de cultivos. Eso me dio la seguridad que necesitaba.
Hoy estoy muy contenta con la decisión. Mis dos hijos adultos y la pareja de mi hijo comparten conmigo el trabajo de aclareo y de recolección. La poda la lleva mi marido. Yo trabajo a tiempo completo en la escuela, pero aprovecho cada período de vacaciones para dedicarme al manzanal. Nos repartimos las tareas de manera diaria y espontánea, de modo que siempre haya alguien en el huerto. El trabajo en el “Biowiesl” es para cada uno de nosotros un equilibrio saludable frente a nuestra profesión principal. Por su tamaño reducido, tampoco necesitamos jornaleros externos. Muy interesantes me resultan también las inspecciones regulares con expertos: no son obligatorias, pero sí muy instructivas. El reparto de tareas funciona de maravilla: mientras mis hijos construyen hoteles para insectos y montones de piedras, yo prefiero dedicarme a la siembra ecológica para asegurar que los insectos tengan siempre alimento. En cambio, al unísono y sin reparto, disfrutamos juntos del strudel de manzana casero, del chutney agridulce y de la fruta seca con un toque de limón. Todo hecho en casa, lleno de aroma. Los aromas de las franjas de flores con hierbas silvestres, girasoles, gramíneas y malvas se reflejan sin duda de alguna forma también en nuestras manzanas sanas. Sobre todo, las malvas coloridas, con su encanto natural, crecen altas y fragantes. Al ser flores de larga duración, con una floración de varios meses, proporcionan néctar y polen a abejas y otros insectos, convirtiéndose en pastos esenciales para estos aliados.
Lo ecológico es un proceso de aprendizaje continuo, y el intercambio con personas afines es muy valioso. Además, me sigo formando constantemente. Con lo ecológico devuelvo algo a la naturaleza, o la compenso por lo que ella me da. Puede ser con la franja verde en el pasillo entre las hileras, que se siega solo a finales de agosto, o con la creación de hábitats adicionales, diseñados y nunca eliminados. Aunque ya no se vea todo tan ordenado, en lo ecológico hay que aceptarlo. En la naturaleza, de hecho, el concepto de orden tiene un significado distinto al que entendemos los seres humanos.
