Mi padre lleva más de 40 años cultivando fruta en el “Schmiedhof” de Cengles. Desde que mi marido Markus y yo gestionamos una parte de la finca familiar, hemos empezado a plantar otras variedades de manzanas. Así, hoy crecen en nuestros huertos, situados en el fondo del valle cerca del Adigio, árboles de Golden Delicious, Gala, Pinova, Ambrosia, Cosmic Crisp y en el futuro también Bonita, que producen frutos de colores intensos. Desde hace algunos años apostamos por la agricultura ecológica. Mi padre ya había pensado en esta idea, pero solo tras la entrega de la finca a mi hermana Maria Magdalena y a mí decidimos recorrer este camino juntas.
También mi marido Markus se entusiasmó con la agricultura ecológica y decidió dejar su trabajo a tiempo completo como paramédico para dedicarse por completo a la idea ecológica de la agricultura. En ello, la larga experiencia y el saber de mi padre, que lo apoya con consejos y ayuda práctica, son un gran respaldo.
Nuestro hijo Jakob disfruta cada día de la emocionante vida en el “Schmiedhof”. Como autosuficientes con gallinas, cerdos y hortalizas propias, en la finca nunca hay aburrimiento, ni para él ni para nosotros los adultos. Además, nos gusta transformar nuestros productos, porque para mí lo ecológico es sinónimo de buena comida, disfrute saludable – en definitiva, de una buena vida.
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